Naso-Teribe
Los Teribe, Naso o Tjer-di son un grupo indígena localizado al noroeste de Panamá, específicamente al oeste de la provincia de Bocas del Toro, en un área de 1.300 km², éste territorio abarca gran parte
de la cuenca del río
Teribe y del río San
San
Antecedentes
Los
primeros pobladores se establecieron sobre el área de las cuencas de los ríos
torrijos, Changuinola y Sixaola; en una región que abarcaba el oeste de la
provincia de Bocas del Toro hasta el extremo noreste de Costa Rica.
Es
un grupo indígena bien definido y compacto que se conoce desde que los primeros
exploradores españoles penetraron por la región bañada por el Río Teribe y sus
afluentes.
Se
extendían los indios teribes, térebes, tervis, tejves, térrebes, o térrabas,
ortografía multiforme con la que se les conoce en las distintas épocas en los
documentos de los siglos XVI y XVII a todo lo largo del Río Teribe, Changuinola
y la Isla de Toja o Colón, y estaban formados por diversas parcialidades, todas
ellas más belicosas que las tribus vecinas. Sólo tenían como enemigos a los
chánguenas o chánguinas, tribu caribe de notable firmeza y a los Talamancas que
habitaban las márgenes del Río Sixaola.
Los
europeos supieron de dicho grupo, primeramente de Cristóbal Colón cuando llega a las costas de Bocas del
Toro en el cuarto viaje, en la bahía de Almirante, el 6 de octubre de 1502. Dicho lugar fue llamado Zorabaró por los indígenas, posteriormente
llamado por Colón como Carambarú.
Luego
en 1564, el conquistador español Juan Vásquez de
Coronado, escucha
noticias de una región llamada Texbi,
que era rica en oro, pero que los nativos del lugar eran
muy hostiles con los españoles y se negaban formar parte del dominio español.
Llega al pueblo de Corcuru en la región Teribe, y se encuentra con varios caciques y logra someter a los nativos a manos
de los españoles; y bautizó el río Teribe como río de la Estrella, debido a las
minas de oro que se encontraban cerca de dicho río. Dicha situación seguiría
durante el resto del siglo XVI.
A
inicios del siglo XVII,
aún existían grupos indígenas dispersos en el recóndito Valle de Duy, de los
cuales se distinguían los térrabas (teribes), que eran conocidos por su
hostilidad y beligerancia.
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